'Nevenka', una serie que es historia de España

Nevenka Fernandez 20 años después

Hay series que no son fáciles de ver, especialmente cuando se trata de hechos reales y en una serie documental. Éste es el caso de 'Nevenka', la miniserie española recién estrenada en Netflix.

Nos cuenta un caso ocurrido en el año 2000, por lo que a muchos no nos sonaba demasiado porque en esos años estábamos a otra cosa (de niños o adolescentes), y fue la primera denuncia llevada a juicio por acoso sexual provocado por un político español. Sí, ésta también es nuestra historia que se ve reflejada en una serie, como también ha ocurrido recientemente con 'El Pionero' (la serie sobre Jesús Gil) o 'El Caso Alcàsser'.

Por su dureza se agradece mucho el que sean sólo tres capítulos de algo más de media hora, ¡muy buen formato! Además contrarresta lo que cuenta con la gran belleza de las imágenes de paisajes que aparecen con ese filtro azulado que tanta calma dan. 

Aunque la trama está muy alejada el estilo y el tono recuerdan mucho a 'Muerte en León' (HBO), uno de los true crime españoles que más nos han gustado en aTemporadas, donde se aborda la muerte de Isabel Carrasco, política del mismo grupo que Ismael Álvarez, y que precisamente comparten escenas en algunas imágenes de archivo del documental.

cita de la serie nevenka dicha por una vecina

Le damos la enhorabuena a los responsables de la serie porque se nota el mimo con el que está hecha; un relato muy bien construido para los que no conocíamos la historia, y siendo tremendamente chocante darnos cuenta lo que ha cambiado nuestra sociedad en los 20 años que han pasado desde el caso Nevenka a la actualidad. En aquel entonces no sabían bien a qué hacía referencia la palabra acoso aún siendo personas muy bien formadas, ¿te lo puedes creer? Cuando hoy en día la tenemos totalmente integrada en el vocabulario. 

Tal era el desconocimiento que una de las vecinas de Ponferrada en una manifestación en apoyo del político dice eso de "a mí no me acosa nadie si no me dejo", mátame camión. 

Es muy gratificante ver a Nevenka que su máxima preocupación era el proteger a otras mujeres de que no pasaran por lo mismo que ella, qué valentía sumada a su juventud. Ya practicaba la famosa sororidad que cuando aquello si que no estaba ni en el diccionario. Aunque la pena es que todo eso le terminara costando el exilio para no tener que vivir siempre con las miradas clavadas en ella, porque el caso no se llamó Ismael Álvarez, se llamó Nevenka. 

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